San Alfonso María de Ligorio, Obispo, fundador de la Orden de los Redentoristas, ya en sus ultimos años y debido a su ancianidad, era llevado en sillas de ruedas por uno de sus discípulos, e iban rezando juntos recorriendo el convento y de ese modo tomar algo de aire fresco y así no permanecer siempre dentro del cuarto. En cierta ocasión le pidió al discípulo le recuerde si ya habían rezado el Rosario entero. El padre le respondió: - "No hemos rezado ni uno sólo". - "Recemos entonces" dijo el santo. - "Pero su excelencia está cansado, ¿hay alguna diferencia en no rezar un día el Rosario?" Dice el sacerdote, a lo que San Alfonso responde: -"Si llegase a transcurrir UN SÓLO DÍA sin que yo rece el Rosario, tendré mucho miedo por mi salvación eterna".

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