San Alfonso María de Ligorio, Obispo, fundador de la Orden de los Redentoristas, ya en sus ultimos años y debido a su ancianidad, era llevado en sillas de ruedas por uno de sus discípulos, e iban rezando juntos recorriendo el convento y de ese modo tomar algo de aire fresco y así no permanecer siempre dentro del cuarto. En cierta ocasión le pidió al discípulo le recuerde si ya habían rezado el Rosario entero. El padre le respondió: - "No hemos rezado ni uno sólo". - "Recemos entonces" dijo el santo. - "Pero su excelencia está cansado, ¿hay alguna diferencia en no rezar un día el Rosario?" Dice el sacerdote, a lo que San Alfonso responde: -"Si llegase a transcurrir UN SÓLO DÍA sin que yo rece el Rosario, tendré mucho miedo por mi salvación eterna".





El Ángelus, por Jean - François Milett. La escena muestra a dos campesinos que han interrumpido su trabajo en el campo para rezar la oración que recuerda el saludo del Ángel San Gabriel a la Santísima Virgen. Ambos personajes se recogen en su plegaria, consiguiendo expresar un profundo sentimiento de recogimiento.
   

     La presente materia constituye nuestra desinteresada contribución a la urgente tarea de neutralizar el avance de las sectas en el país, en defensa de nuestra tradición católica.

      Basada en el libro publicado por la Asociación Santo Tomás de Aquino, está escrita en lenguaje sencillo y claro, con sólido fundamento en la Revelación y en el Magisterio de la Iglesia, se trata de una exposición de las verdades esenciales sobre la devoción a María Santísima en forma de preguntas y respuestas, de un modo que permite a cualquier lector refutar los errores anti marianos más difundidos e insidiosos. 

    La recomendamos como lectura en familia, así como su estudio en cursos de Religión, en reuniones de asociaciones católicas, y grupos de oración. Su amplia difusión en todos los niveles, particularmente en los lugares más afectados por el proselitismo anti católico, será, a no dudarlo, valioso auxilio para todos los que deseen fortalecer las convicciones marianas del pueblo, oponer barreras eficaces a la propaganda sectaria y apresurar la venida del reinado de Jesús y de María en todos los corazones ecuatorianos y en el mundo entero.

I

Lo que todo católico debe saber sobre la Santísima Virgen

1.- ¿Los católicos adoran las imágenes?

     No, los católicos no adoran las imágenes.

     Las imágenes son representaciones de Nuestro Señor Jesucristo, de la Santísima Virgen, de los Ángeles, o de los Santos, que nos ayudan a recordarlos, a amarlos y a invocarlos.

2.- ¿Pero no dice la Biblia que està prohibido hacer imágenes?

     No, lo que Dios prohibió fue adorar a las imágenes.

     En el Antiguo Testamento, Dios prohibió a los hebreos que hicieran imágenes. no porque se tratase de algo malo en sí mismo, sino por causa de las circunstancias: los israelitas vivían en medio de pueblos paganos idólatras (es decir, que creían que las estatuas eran dioses o tenían propiedades divinas, y por eso las adoraban) y tenían mucha tendencia a imitarlos. Para evitar que cayesen en el error de los paganos, Dios prohibió la representación de la divinidad por medio de pinturas o estatuas. (Éxodo 20, 4-5; Deuteronomio 5, 6-10).
    
     Sin embargo, el mismo Dios mandó varias veces que los judíos hicieran estatuas o representaciones simbólicas.



3.- ¿En qué parte de la Biblia estàn esas órdenes?

     Esas órdenes están en varias partes de la Biblia.

     En el libro del Éxodo (que narra la huída de los judíos de la esclavitud en Egipto), Dios les mandó que hicieran imágenes que representasen a los Querubines, para que fuesen colocadas a los lados del Arca de la Alianza (Éxodo 25, 17-22).




Moisés y la Serpiente de bronce

     En otra ocasión,  cuando los judíos se rebelaron contra Moisés, en el desierto, fueron castigados por Dios. Arrepentidos, pidieron perdón. Entonces Dios le mandó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce como una señal: todos aquellos que estuviesen heridos y la mirasen, serían curados (Números 21, 8). Esa serpiente de bronce simbolizaba a Nuestro Señor Jesucristo, conforme fue certificado por el mismo Salvador: "Al modo que Moisés en el desierto levantó la serpiente de bronce; así es menester que el Hijo del hombre sea levantado; para que todo aquel que crea en Él, no perezca, sino que logre la vida eterna" (Jn. 3, 14 - 15).

     En fin, por orden expresa de Dios, también Salomón, al construir el Templo de Jerusalén, puso significativas imágenes que servían de adorno y de instrucción para el pueblo (III Reyes, 6, 23 - 32; 7, 25 - 30; I Crónicas 28, 17 - 19, etc.).


0 Comentarios:

Publicar un comentario